martes, 4 de septiembre de 2012

Epílogo

Lo tenía a tiro, sólo tenía que disparar. Recalibró la flecha y tensó la cuerda de nuevo: Todas las precauciones eran pocas. Miró a su derecha y a su izquierda, y retornó la vista al blanco. Era ahora o nunca, no volvería  tener una oportunidad como esa. Alargó el brazo derecho todo lo que pudo y comenzó a levantar las yemas de los dedos.  

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